llena de santos, héroes, pordioseros, locos,
llena de banalidad y embriaguez,
llena de lluvia y truenos y períodos
de ahogo, un poema es una ciudad...
C. Bukowski.
Qué breve visita a Salamanca, pero que buen sabor de boca me quedó. De aquí a nada repito el viaje para perderme entre sus gentes, que son gente del mundo, entre sus calles, testigos mudos de tantos siglos de historia, entre sus sueños e ilusiones... Un día de éstos regreso para quedarme.
¿Quién no se ha enamorado de Salamanca?
Un beso, mi pequeña Cicerone. Tenemos pendiente hacer cientos de fotos ;)