11 de octubre de 2007

NI EL MEJOR DE LOS DIAS

"Deja caer otra gota en el vaso. No quiero que falle, quedarme a medias sería lamentable. Si no puede ser, que no sea; pero déjame decidir cuándo y dónde. No tienes por qué verlo, suficiente has hecho con traerme hasta aquí. Vaciar el frasco gota a gota, impasible, mirándome a los ojos, echándome en cara mi propia vida... Si lo prefieres acompáñame al cadalso y acabamos con todo ésto de un modo más civilizado. Pero no, disfrutas poniéndomelo en bandeja aunque poco a poco. Con cada dosis me acercas más al extremo sufrimiento sin llegar a acabar con todo. Al final la propia vida duele y deseas que acabe. ¿Será entonces cuando dejes de dármelo?
Quieres que cenemos. ¿Y qué será esta vez? ¿Amanitas a la plancha o salteadas? Déjame con mis cianuros y estricninas que el tiempo pasa y todo está a punto para marcharme.
Ya se acerca la hora, lo presiento. Justo cuando me fallan los pulmones decides darme un último aliento que me sujeta a este dolor no se cuánto tiempo más, pero se que no se demorará mucho, que la huesuda está cerca y, piadosa, desea librarme de este calvario, de esta agonía sin sentido.
Siento sus huesudos pasos acercándose; la espero con una sonrisa en los amoratados labios, con una esperanza, con deseo al fin. Suéltame la mano, no quieras acaparar mi atención hasta el último momento. Ahora no, ahora quiero sentir que no eres lo más importante, que no estás en mis pensamientos hasta el final, que me llevo un recuerdo de libertad..."



Hoy no es, ni de lejos, un buen día. Ni el peor de los que he vivido ni mejor que los que vienen. Sólo espero que mejore con el paso de las horas. Hace sol, no soplan los cuatro vientos, la tarde invita a salir. Saldré. Sólo espero que ella no me regale otro buen momento. Mejor pongo tierra de por medio (cobarde).


¿CÓMO QUIERES QUE TE QUIERA? (...no quieres)

Si ya lo decía Joaquinito: "No hay ser humano que le eche una mano al que no se quiere dejar ayudar". Y tú, erre que erre, con ese jaleo que están armando tus neuronas y tan callada se te ve. ¿Es que no sería mejor abrirte las entrañas para que veamos lo que hay dentro? Al fin y al cabo ya juegas a cirujanos con los que estamos a tu alrededor, te empeñas en urgar en las vísceras ajenas como si en ello te fuera la existencia. Diría que ahora es el momento de que tus amigos ¿? hagamos lo mismo contigo, pero se que no va a ser así. No te vas a dejar.
Sigue así, que alguien conseguirá romper ese muro que levantas, digo yo, algún día. No seré yo.

¿Quién me mandaría enamorarme de alguien que no se quiere dejar querer?

Continúo peleado con mis neuronas. Ellas no consiguen lo que quieren; yo no les doy lo que me piden. Tal vez la semana que viene, el mes que viene, el año que viene...