Vale, no soy un viajero nato. Me gusta conducir, hacer kilómetros por carreteras desconocidas pero, una vez llego a los lugares, me vuelvo muy torpe a la hora de visitar ciudades y monumentos, desorganizado e incapacitado para tomar imágenes representativas y recordar ordenadamente todo lo visto. Acompañado cambio por completo; lo mismo ejerzo de guía improvisado que me muestro atento a las explicaciones de quien se preste a enseñarme su rinconcito del mundo. Es curioso, como si me faltara algo, alguien que catalice mi yo explorador, aventurero ávido de conocimiento. Tal vez la soledad me desmotiva.
Instantánea nocturna de la Basílica del Pilar, en Zaragoza, allá por el mes de mayo (?) del año pasado. Hice unas pocas fotos sin demasiado orden ni sentido. Ésta en concreto me gustó bastante; el resto prefiero ni mirarlas. Ese día la inspiración brillaba por su ausencia.
Junto al Monasterio de Piedra, próximo a Calatayud, se encuentra un paraje espectacular de cascadas y arroyos ruidosos y tremendamente hermosos. Grutas, saltos y remansos de agua se suceden de forma maravillosa, casi de cuento. El lugar me enamoró, a pesar de lo que me llovió y de la falta de cobijo. Menos mal que había ropa seca en el coche.
Carece totalmente de intención esta foto. Simplemete levanté la vista al oído de unas aves que me sobrevolaban, apunté a bulto mi cámara y ésto es lo que salió. Meses más tarde un amigo naturista me comentó que se trataba de un águila (después de ver la imagen a resolución completa) y pensé: Mi primera foto de una rapaz en estado salvaje... Uno no tiene ni idea de lo que sobrevuela su cabezota. Mira que confundir cigüeñas con águilas...
Este edificio no necesita presentación, si bien cabe recordar que hace poco se cumplieron los diez años desde que se inauguró y que, casualidades de la vida, coincidió aquélla insigne botadura con el nacimiento de mi sobrino. Un diez para cada uno y que cumplan muchos más.
Y ¿qué decir de ésto? Se encuentra en pleno centro de Bilbao, a muchos metros del suelo, coronando un edificio oficial (?) junto a la Subdelegación del Gobierno (no recuerdo el nombre de la plaza, ni me apetece buscar). ¿Aplicarán la Ley de Memoria Histérica en este caso?
Ufff... Lugar bello como él solo. Castro Urdiales es otro de esos sitios a los que uno quiere regresar constantemente. Da igual la época del año, da igual la compañía, da igual que... Regresaré dentro de poco y espero que sea para pasar por lo menos una semana y seguir haciendo muchas, muchas fotos. Por cierto, esta iglesia al pie del mar es de los más espectacular que he visto en mucho tiempo. Y pensarás, viajero experimentado, que he visto poco para opinar así. Es cierto, me queda un mundo por descubrir. Estoy en ello.