24 de abril de 2008

OTRA VUELTA DE TUERCA

¿Somos como tornillos? ¡Cuánta metáfora loca! Pero vale, se nos puede comparar con tornillos; y nuestras circunstancias serían las tuercas ¿no?. Y la vida me acaba de dar otra vuelta de tuerca, esta vez de manera esperada. No quiero ir de perro viejo por la vida, me queda mucho por aprender, pero esta historia ya me suena. Me lo veía venir. Ayer cancelamos un viaje a Roma y, posiblemente, una amistad. ¡Qué putada!. Por otro lado está la providencia que sana y da ánimos, esperanzas e incluso, muy de tanto en tanto, alegrías. Ayer me confirmaron que tendré moto para finales de mayo. Por la tarde me llevaron a verla al almacén de Honda. Ya conozco a Alita. Aún no la he tocado, daba algo de pena verla cubierta de polvo en aquel lúgubre sótano, rodeada de otras alitas deseosas de ver pasar el asfalto bajo sus neumáticos. Me quedé mirándola y se me erizaron los vellos en los brazos y en la nuca. Será mi primera moto. Mía. Porque ya he montado en unas pocas, pero siempre con la desconfianza del que desconoce. Tengo puesta mucha ilusión en esta montura, cuatro largos meses de visitas a los concesionarios, mirando motos nuevas y usadas, comparando precios, decidiendo... Se acabó, ahora toca esperar a que la maquinaria burocrática gire sus ruedas y estén todos los papeles en regla y las cuentas saldadas. Y a rodar. Nos esperan Málaga, Murcia, Barcelona, Castro Urdiales y a saber cuántos sitios más.

La vida no para de dar vueltas de tuerca pero mi tuerca aún está lejos de apretar.

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