4 de agosto de 2009

UN DIA RARO

Entre molesto conmigo mismo y cabreado con el mundo; entre dolor de cabeza y ensoñado; entre aburrido y ocupado por la escasa cantidad de trabajo... Tengo un día raro. Me siento en la oficina, me levanto enseguida, marcho a tomar un colacao, me vuelvo a sentar en la oficina, cocacola en mano; me pasan unas doscientas imágenes para procesar (éso es poco, te lo digo yo), programo una acción en PS CS2 y la lanzo; abro el Firefox y compruebo que no hay novedades en mis suscripciones ni en mi correo, tampoco hay comentarios en el blog (será que todo el mundo está de vacaciones); me planteo seriamente que nadie se dará cuenta si marcho a casa y me meto en la cama, pero entonces recuerdo que tengo un montón enorme de papeles por ordenar repartidos por el suelo de la habitación, así que prefiero quedarme en la oficina un rato más. Hoy es un buen día para putear al Firefox abriendo más pestañas de las que amparan mis ojazos color cocacola (la de hoy es light) y sumergirme en este inmenso mar de noticias sin importancia que representan los cienes y cienes de blogs con vocación periodística. Alguno volará. Hoy me centro en portafolio, blog que ronda las artes info-gráficas y mucho más. Así descubro cosas tales como una colección de porsters vintage o Picnik, un editor de fotos para Facebook.

Esta podría ser una insufrible mañana de agosto de no ser por internet (aunque limitado), pero probablemente no sea más que otra entretenida mañana de cyber paseos y actualizaciones del Retratista Confuso. ¿Trabajas en agosto? Entonces sabes de qué te hablo.

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