3 de noviembre de 2009

LIESBETH SALANDER DEBE VIVIR

Como todas las grandes historias de justicieros que pueblan la literatura, esta trilogía nos conforta secretamente haciéndonos pensar que tal vez no todo esté perdido en este mundo imperfecto y mentiroso que nos tocó, porque, acaso, allá, entre la "muchedumbre municipal y espesa", haya todavía algunos quijotes modernos, que, inconspicuos o disfrazados de fantoches, otean su entorno con ojos inquisitivos y el alma en un puño, en pos de víctimas a las que vengar, daños que reparar y malvados que castigar. ¡Bienvenida a la inmortalidad de la ficción, Lisbeth Salander!

Mario Vargas Llosa para El País.

Hay días en los que te apetece engancharte a un libro y no relacionarte con el resto del mundo hasta, por lo menos, devorar la última letra, el último punto, la última página en blanco que cierra el último capítulo.

Para los de la LOGSE: Inconspicuo.- Poco aparente, discreto, que no destaca por su actitud o aspecto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario