3 de diciembre de 2007

DE ÉPOCA


De esta fotografía no tengo mucho que contar. Fue un mal día para meterse en carreteras pero del peor de los días se pueden retener buenos momentos. Éste, en concreto, me sacó una sonrisa: Todos esos coches modernos pasando apuro por la lluvia, el granizo y el frío y, de repente, esta preciosidad circulando en sentido opuesto a la mayoría del tráfico, como si la carretera fuera sólo para él, como si las inclemencias meteorológicas no fueran con él...

Es una de esas fotos que me gusta mirar. No más.

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