17 de octubre de 2007

LA MÚSICA

La música es la fisoterapia del mundo.

Estaba viendo El milagro de Candeal y oí a un abuelo decir que lo importante es vivir alegre y morir alegre, trasmitiendo la alegría a nuestros nietos.

Ha habido un momento que se me han saltado las lágrimas al oir un ritmo y repetirlo mentalmente; se me ha escapado por la boca a la vez que se me humedecían los ojos y me he desmoronado un segundo. Después me han inundado las sensaciones de escalofrío y añoranza de no se bien qué, si mi infancia, si la familia, si la compañía de gente con la que mantengo lazos algo más profundos que los de la amistad. Un trago de Coca-Cola Zero me ha traído de vuelta a la cutre realidad, aunque siguen cantando Carlinhos Brown y compañía en la tv.

No se si saldré, hoy no me apetece ver al resto del mundo. Me apetece sentir, recordar, encharcar mi cara con recuerdos sin pensar que mañana está a la vuelta de la esquina y que pasaré otro mal día. No por que no sea capaz de ser feliz. Quiero tener otro mal día antes de empezar de nuevo. Reivindico mi derecho a estar triste.

Mierda! Otra vez los escalofríos, otra vez las lágrimas. ¿Acaso tú podrías evitarlo?

Bebo, maestro, que tu música nunca muera.

(Sábado, 13 de octubre de 2007)

2 comentarios:

  1. A eso me refería yo con lo de "llorar un rato cada día"...
    Hace falta sentirse un poco triste para saber que uno está vivo y que tiene corazón y no solo un múculo que late...

    un beso retratista! jjj

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  2. lo que yo llamo nostalgia, macho, y que sienta bien si no te llega a obsesionar como aveces me pasa a mí. Nostalgia hasta de el edificio que ya no existe y donde tomabamos un te con limon en el perro azul o el antiguo café tertulia, en Murcia e incluso el Copas en alkantar, nuestro negro y tantos otros...Si, mañana será otro dia.

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