23 de octubre de 2007

BENDITA INOCENCIA

Hace años, siendo yo mucho más joven e inocente, desperté una mañana, creo que de sábado, de esas mañanas que no tienes prisa por salir de la cama, y permanecí entre las sábanas hasta que sucedió el hecho que relato:

Una temprana llamada de teléfono captó mi atención hasta el punto de quedarme con fragmentos completos de lo que en ella se trató. Como en sueños oí a mi padre y a su interlocutor mantener una brevísima charla de trabajo. Tal y como terminaron y mi padre colgó el aparato salí de la cama, recorrí los escasos quince o veinte metros que separaban mi cama del teléfono del salón y me planté delante de mi progenitor...

Amenudo los adultos no están dispuestos a admitir ciertos fenómenos que un niño ve con relativa naturalidad.

1 comentario:

  1. no lo cazo macho, no me entero...
    sera que me hago mayor, o que no me abandona mi inocencia...

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