23 de octubre de 2007

UNA FRASE SINCERA

Esta anécdota no es mía. A decir verdad no recuerdo de quién es, pero me quedo con ella para mi, para incluírla en alguna historia que puede que un día escriba:

- Jefe, quisiera pedirle un favor.
- Diga.
- Quiero que me cese o me traslade a otra comisaría. Sé que Usted puede, tiene mano en ésto...
- Espere. No entiendo por qué me pide que haga éso. Lleva más de diez años aquí, es un reputado inspector, todos le respetan, se ha ganado a sus compañeros e incluso a muchos de los otros... No ha sucumbido ante la presión, ante los...
- ¡Jefe!
- ¡¿Si?!
- (En tono quedo) Están llegando a mi precio.
- (Deja caer las manos sobre el escritorio y los ojos sobre un papel en blanco, pensativo).

No hay comentarios:

Publicar un comentario